
El cuadro es un óleo de mi amigo Paco Martín Iglesias de Sequeros, (Salamanca), titulado Hilvanes de óleo al que le ha añadido el siguiente poema:
I
Asomado a la ventana de mi pasado
he visto retroceder el tiempo
hacia luces de otros atardeceres…
He vuelto a ver hilvanadas,
marcas de jabón entre alfileres
con el olor a ropa limpia de algún estreno.
He notado la presencia de dos mujeres
y el óleo y los pinceles
se me han llenado de besos…
Francisco Martín Iglesias
Y luego otros amigos le hemos seguido componiendo versos a la vieja máquina, hilvanes de versos, en memoria de dos mujeres entrañables.
II
Una ventana, una trascendencia
la posibilidad de salir, de escapar.
Mirarla, observarla
permite nacer a la realidad,
como escribir…
Un conjunto de esperanzas
que completan un lenguaje
siempre, siempre tan escaso.
Jorge Pedro Anllo
III
El gato ya no está sobre el tejado.
Se marchó una mañana de otoño
con la mujer que manejó la máquina
zurziendo el desgarrón del tiempo roto
devanado en la canilla mágica
deshabitada de hilos de bordado
para pintar bodoques en la sábana
que le arropó los sueños desvelados,
huidos a través de la ventana.
La rueda está esperando la caricia
Íntima y entrañable de la mano
que a vueltas remendaba la injusticia
con la aguja, tal vez, desenhebrada.
Mercedes Blanco
IV
Agazapada junto a la ventana,
levantas la cabeza ennegrecida
como si comprendieras que la vida
se escurre de la noche a la mañana.
El tiempo, detenido con desgana,
dejó en tu geometría sus heridas
que la mirada acoge dolorida
de saberse tan frágil y tan vana.
Ahora, abandonada en tu rincón,
tal vez añoras la mano delicada
que tu rueda giraba con amor.
Quedó mustia la tela adamascada
y los hilos de variado color
con que la abuela cosía entusiasmada.
A. María R.
A Paco le encantaría que siguierais componiéndole poemas a esta máquina
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